89. POESÍA HINDÚ. YUYUTSU SHARMA
MULES
On
the great Tibetan
salt
route they meet me again
old
forsaken friends ...
On
their faces
fatigue
of a drunken sleep
their
lives worn out,
their
legs twisted, shaking
from
carrying
illustrious
flags of bleeding ascents.
Age
long bells clinging
to
them like festering wounds
beating
notes
of
a slavery modernism brings:
cartons
of Iceberg, mineral water bottles,
solar
heaters, Chinese tiles, tin cans, carom boards
sacks
of rice
and
iodized salt from the plains of Nepal Terai.
Butterflies
of
the
terraced fields know their names.
Singing
brooks tempests
of
their breathless climbs.
Traffic
alert
and
time-tested, they climb
carrying
dreams
of posh peacocks
pamphlets
of
a secret religious war
filth
of
an ecologist’s sterile semen
entire
kitchen
for
a cocktail party at the base camp
defunct
development
agenda
of guilty donors
the
West’s weird visions
lusting
for an instant purge.
Stone
steps
of
the mountains embossed
on
their drugged brains,
like
lines of aborted love
scratched
on
the historic rocks of waterspouts.
Starry
skies
of
the dozing valleys know
the
ache
of
their secret sweat.
Sunny
days
along
the crystal rivers
taste
of
their bleeding eyes.
Greatest
fiction
of
the struggling lives lost,
like
real mules
clattering
their hooves on the flagstones,
in
circling
the
cruel grandeur
of
blood thirsty
mule
paths around the glaciers of Annapurnas.
MULAS
En
la gran ruta de sal del Tíbet
Se
vuelven a encontrar
Viejos
amigos abandonados...
Sus
rostros muestran
La
fatiga de sueños ebrios
Sus
vidas agotadas,
Sus
patas torcidas, temblorosas
De
cargar
Banderas
ilustres de subidas ensangrentadas
Les
cuelgan campanas envejecidas
Como
heridas infectadas
Que
tocan notas
De
esclavitud moderna
Contenedores
de Icebergs, botellas de agua mineral,
Radiadores
solares, azulejos chinos, latas de aluminio, tableros de Carrom
Sacos
de arroz
Y
sal ionizada de las planicies del Terai nepalí.
Las
mariposas de
Los
campos aterrazados saben sus nombres.
Cantando
sobre las tempestades soportadas
En
escaladas sin aliento.
Alertas
al tráfico
Y
contra el tiempo, escalan
Cargando
Sueños
de lujosos pavos reales
Panfletos
De
una guerra religiosa secreta
Suciedad
Del
semen estéril de un ecologista
Toda
una cocina
Para
un cóctel en la base del campamento
Desarrollo
obsoleto
Agenda
de donantes con culpa
Las
visiones extrañas de Occidente
Deseando
una purga instantánea.
Escalones
de piedra
Talados
en las montañas
Sobre
sus cerebros drogados,
Como
líneas de amor abortado
Rayados
Sobre
las rocas históricas de las gárgolas.
Cielos
estrellados
De
valles somnolientos conocen
El
dolor
De
su transpiración secreta.
Días
soleados
Sobre
los ríos cristalinos
El
sabor
De
sus ojos sangrantes.
La
mayor ficción
De
las vidas perdidas,
Como
mulas reales
Retumbando
las pezuñas sobre los adoquines,
Envolviendo
La
grandeza cruel
De
los caminos de mulas
Sedientos
de sangre de los glaciares de losAnnapurnas.
LITTLE PARADISE LODGE
My
pen frozen against
the
daggers of Annapurnas…
On
an oblong shapeless plank chopped
from
a sandal wood tree trunk and used as a table
I
place my elbows
and
hold my face in my hands.
Blinding
snows of the Annapurna Ridge,
Hyunchali,
shining in the eye of my mind,
I
sit in the spacious courtyard of your paradise lodge,
deciphering
the shrill notes of birds in the mossy trees.
One
bird initiates a lilting note
like
our meeting while
other
lets loose a racket of breath-whistles
ending
with question tags—
Can
I stay longer, at least one more day,
in
your little paradise lodge?
Two
birds playing in the crimson cherry tree
stir
a chord that seems
like
opening up of the blossoms
of
our bodies—Would you take me away and marry me?
But
what about the electric whistle,
this
cicada’s constant chirr,
the
struggle of our breathless bodies
against
dark soot of the night?
The
pigeons strutting freely in your courtyard
coo
like exhausted porters
climbing
the mule paths in the singing gorges.
Their
guttural quataquatantankua--
they
seem to be using human language,
a
kind of hushed speech that robbers might use.
Love,
in the courtyard of your little paradise lodge
I
see the silence turning flowers into daggers
A
herd of cows shuffles past me in a joyous mood
festive
like young girls going to a hillside fair
saying
-- Don’t go away, Dai, we would be back until dusk with presents…
A
cuckoo passes overhead – its distinct ka-ka-ka –
Please
do not leave me alone.
I
am utterly alone,
stuck
on the last mountain of the world
And
beyond me just one more mountain
where
they say a deity lives
guarding
a tiny turquoise lake.
And
thereafter nothing but
realm
of melting snows
where
the souls of the gods live.
PEQUEÑA CABAÑA EN EL PARAÍSO
Mi
bolígrafo se congela por
Las
dagas delAnnapurna…
Sobre
un tablón rectángulo sin forma cortado
Del
tronco de un árbol de sándalo y usado de mesa
Apoyo
mis codos
Y
sostengo mi rostro entre mis manos.
Nieves
deslumbrantes dela cresta del Annapurna,
Hyunchali,
resplandeciendo en el ojo de mi mente,
Me
siento en el patio espacioso de tu cabaña en el paraíso,
Descifrando
las notas agudas de los pájaros posados sobre árboles con musgo.
Un
pájaro comienza con una nota cantarina
Como
nuestro encuentro mientras
Otro
desata una algarabía de silbidos
Que
terminan en signos de interrogación—
¿Puedo
quedarme más tiempo, por lo menos un día más,
En
tu pequeña cabaña en el paraíso?
Dos
pájaros juegan en el árbol de cerezo carmesí
Hacen
resonar un acorde que parece
Abrir
las flores
De
nuestros cuerpos—¿Me llevarías y te casarías conmigo?
Pero
¿qué sucede con el silbido eléctrico,
Este
constante sonido de la chicharra,
La
lucha de nuestros cuerpos sin aliento
Contra
el hollín oscuro de la noche?
Las
palomas que se pavonean libremente por tu patio
Arrullan
como porteadores exhaustos
Trepando
los caminos de las mulas en los desfiladeros cantantes.
Su
sonido gutural quataquatantankua--
Pareciera
que están utilizando lenguaje humano,
Una
especie de discurso susurrante que podrían usarlo los ladrones.
Amor,
en el patio de tu pequeña cabaña en el paraíso
Veo
como el silencio convierte a las flores en dagas
Una
manada de vacas de buen humor pasa cerca de mí
Festivas
como niñas que acuden a una feria en la ladera
Diciendo–
No te vayas, Dai, volveremos antes del anochecer con obsequios…
Un
cuco vuela sobre mí– con su claroka-ka-ka –
Por
favor no me dejes solo.
Estoy
completamente solo,
Atrapado
en la última montaña del mundo
Y
más allá solo una montaña más
En
donde dicen que vive una deidad
Que
custodia un pequeño lago turquesa.
Y
más lejos nada más que
El
reino de nieves que se derriten
Donde
habitan las almas de los Dioses.
RIVER
Between
your marble
shoulders
and my hairy chest
the
river roaring,
tears,
tears, tears...
Between
your mellowing
mouth
and my scented tongue
a
night of flames
and
flesh, flesh, flesh ...
Between
your hefty thighs
and
my throbbing hands
clouds
drunk from
the
forests of rhododendrons.
Between
your almond eyes
and
my warm mouth
rain
dropping like pearls
on
the plump leaves of the jungle.
Between
your shimmering skin
and
my dark hair grass greener
than
the greenest parakeet
growing
yellowish from incessant rain.
Between
your nights by
the
impotent pillow of your husband
and
my crazed headpiece
a
poem of spring that shall fill my deep wounds,
sprouting
flowers, flowers, flowers ...
Between
your tulips
and
my fragrant pen
a
brain-fever bird’s
crazed
cry, mad, mad, mad...
Between
the sparkle
of
your teeth and my sleep
a
rain coming
like
roar of a starving steam
in
the starless
summer
gloom of the night.
Between
your melon breasts
and
thirst of my soft lips
the
rage of the river
battering
its head against the magic mountains.
Between
your decisions
and
my flickering lamps
the
river mad
you,
you poet, you bastard, go away !
RÍO
Entre
tus hombros
De
mármol y mi pecho peludo
El
río ruge,
Lágrimas,
lágrimas, lágrimas...
Entre
tu boca
Maduros
y mi lengua aromática
Una
noche de llamas
Y
piel, piel, piel…
Entre
tus muslos robustos
Y
mis manos palpitantes
Las
nubes bebieron
De
los bosques derododendros.
Entre
tus ojos de almendra
Y
mi boca caliente
La
lluvia cae como perlas
Sobre
las hojas gruesas de la jungla.
Entre
tu piel brillante
Y
mi cabello más oscuro que los pastos verdes
Que
el periquito más verde
Que
se torna amarillento por la lluvia incesante.
Entre
tus noches junto
A
la almohada impotente de tu esposo
Y
mi loco adorno para la cabeza
Un
poema de primavera que llenará mis heridas profundas,
Brotan
flores, flores, flores…
Entre
tus tulipanes
Y
mi pluma perfumada
Un
pájaro enfermo, febril
Y
su grito desesperado, loco, loco, loco…
Entre
el destello
De
tus dientes y mi sueño
Se
acerca la lluvia
Como
el rugir de un vapor hambriento
En
la penumbra de la noche
De
verano sin estrellas.
Entre
tus pechos de melón
Y
la sed de mis labios suaves
La
furia del río
Que
cabecea contra las montañas mágicas.
Entre
tus decisiones
Y
mis lámparas parpadeantes
El
loco río
Tú,
tú poeta, bastardo, ¡vete!
A MORNING WALK
Leaving
behind
the
bed of white lotus
and
wheezing
partner
of my sleep
I
rushed out
toward
the bridge
freshly
built over
a
golden stream.
But
on finding
a
funeral pyre
burning
on its
emerald
edge
I
closed my eyes
and
like some Buddha
in
the dark interior
raised
my shaking
invisible
hands
to
salute
the
great master,
Death.
UNA CAMINATA MATUTINA
Dejo
atrás
La
cama de lotos blancos
Y
la compañía sibilante
De
mi sueño
Me
apuro
Hacia
el puente
Recién
construido sobre
Un
arroyo dorado.
Pero
al encontrarme con
Una
pira funeraria
Quemándose
sobre
El
borde Esmeralda
Cierro
mis ojos
Y
como un Buda
Dentro
del interior oscuro
Levanto
mis temblorosas
Manos
invisibles
Para
saludar
A
la gran maestra
La
muerte.
"AT FORTY YOU DIE"
At
forty two moons start throbbing
like
bright eyes of your own children.
At
forty two people you dream of
most
frequently, two people who dreamt
of
you and your eyes all their lives.
At
forty in the early
dawn
of your desperate decades
you
start dreaming of your mother first.
She
comes limping
like
a wounded cockroach
from
the other world
to
clasp your sweaty palms
to
kiss your eyebrows
withering
under the blind stare
of
a merciless sun,
to
complains of the tulips that faded
under
the blind stare of a merciless sun.
At
forty you dream
of
your father frequently,
a
Buddha or an exhausted god,
a
lion repentant for a lifetime,
a
familiar stranger who made you
what
you are in your dreams
and
left you alone,
bleeding
on the mule-paths of life.
At
forty you see him everywhere,
in
the creases of your skin,
in
the puffed-out eyelids,
in
the fluffy temples
where
two crescent moons appear,
silvery
and savage like ensuing life’s itinerary.
At
forty he lusts in the crazed
fields
of your blood vessels.
He
escorts you to
the
open spaces of his cherished riverbanks
pavilions
of tantric priests
ashrams
of ascetics before bonfires of annihilation.
He
guides you to the bog lands
of
his fond memories where once
his
beloved woman lived and
then
left him, one by one,
“Forgot
the old chums, fell in the trap of new ones”
.
She
comes limping
like
a wounded cockroach
from
the other world
to
clasp your sweaty palms
to
kiss your eyebrows
withering
under the blind stare
of
a merciless sun
to
complain of the tulips that faded
under
the blind stare of a merciless sun.
At
forty your own woman’s mouth
starts
smelling of deceit,
a
Bhairab’s mask,
a
masculine leer along
the
canyons of her body.
At
forty you start
questioning
questions
and
decide to die
like
one dies in poetry or books.
Or
proverbs that proved false--
People above forty should be shot dead.
You
resolve what you didn’t all life long--
to
reach out to touch
the
rim of unheard horizons
elusive
Shangri-la from where no return
to
exquisite valleys of life is possible.
But
your children’s eyes start
shining
like burning stars
along
the moons of your secret lusts.
At
forty you die to be born again
and
again in the theatre of your children’s eyes.
"A LOS CUARENTA MUERES"
A
los cuarenta dos lunas comienzan a palpitar
Como
los ojos brillantes de tus propios niños.
A
los cuarenta dos personas con las que soñaste
Hace
poco, dos personas que soñaron
contigo
y tus ojos durante toda su vida.
A
los cuarenta en la temprana
Aurora
de tus décadas desesperadas
Comenzarás
a soñar primero con tu madre.
Llega
rengueando
Como
una cucaracha herida
De
otro mundo
Para
sujetar tus manos transpiradas
Para
besar tus cejas
Marchitándose
bajo la mirada ciega
De
un sol despiadado,
Para
quejarse de los tulipanes que se perdieron
Bajo
la mirada ciega de un sol despiadado.
A
los cuarenta sueñas
Frecuentemente
con tu padre
Un
Buda o un dios cansado,
Un
león arrepentido de por vida,
Un
extraño familiar que hizo
Lo
que eres en tus sueños
Y
te dejó solo,
Sangrando
en los caminos de las mulas de la vida.
A
los cuarenta lo ves en todas partes,
En
las arrugas de tu piel,
En
la hinchazón de tus párpados,
En
las sienes suaves
En
donde aparecen dos lunas crecientes,
Plateadas
y salvajes como resultado del itinerario de la vida.
A
los cuarenta desea en los campos
Locos
de tus vasos sanguíneos.
Te
acompaña hasta
Los
lugares abiertos de sus apreciadas riberas
Pabellones
de sacerdotes tántricos
Ashrams
de ascetas frente a fogatas de aniquilación.
Te
lleva hasta los pantanos
De
sus recuerdos sentimentales en donde una vez
Vivió
su amada mujer y
Luego
lo dejó, uno por uno,
“Se
olvidó de sus viejos amigos, cayó en la trampa de otros nuevos”.
Llega
cojeando
Como
una cucaracha herida
De
otro mundo
Para
sujetar tus manos transpiradas
Para
besar tus cejas
Marchitándose
bajo la mirada ciega
De
un sol despiadado,
Se
queja de los tulipanes que se perdieron
Bajo
la mirada ciega de un sol despiadado.
A
los cuarenta la boca de tu mujer
Comienza
a oler a engaño.
A
la máscara de Bhairab,
Una
mirada lasciva masculina sobre
Los
cañones de su cuerpo.
A
los cuarenta comienzas
A
cuestionar las preguntas
Y
decides morir
Como
uno muere en la poesía o en los libros.
O
en los proverbios que resultaron falsos:
Las personas mayores de cuarenta deberían morir de un
tiro.
Solucionas
lo que no lograste solucionar en toda una vida –
Estirarse
para tocar
Los
bordes de horizontes desconocidos
Shangri-la
escurridizo de donde no es posible regresar
A
los valles exquisitos de la vida.
Pero
los ojos de tus hijos comienzan a
Brillar
como estrellas ardientes
En
las lunas de tus deseos secretos.
A
los cuarenta mueres para renacer
Y
volver a nacer en el teatro de los ojos de tus niños.
SHALL I KISS YOUR EYES?
Kohl-eyed
daughter
of
Lorca, milky egret of Guadalquivir,
Mary
of Mezquita,
Queen
of Cordoba drunk from the scent
of
orange flowers, lurid patios
lit
from the glow of blood red geraniums
and
history’s glorious guilt,
shall
I kiss your eyes?
Pearl
of the Mediterranean,
blue
umbrella of Andalusia enduring
endless
inquisitions,
thousand
rains and injured sun shines,
Rafael’s
own great
grand
heiress born out from the confluence
of
angular rivers bleeding
in
the duenda of flamingo dancers,
shall
I go on
my
knees like a befallen moor,
a
vanquished Caliph to serve
the
keys of my smoldering city
to
the chuckle of
of
the winning Cardinal
and
tear a morsel of sweet bread
baked
in Aphrodite’s own oven?
Kohl-eyed
daughter
of
Lorca, milky egret of Guadalquivir, ,
Mary
of Mezquita,
Queen
of Cordoba
shall
I kiss your eyes?
¿PUEDO BESAR TUS OJOS?
Hija
de Lorca, ojos delineados con kohl,
Garceta
blanca de Guadalquivir,
María
de la Mezquita,
Reina
de Córdoba, embriagada por el aroma
De
flores de azahar, patios estridentes
Iluminados
por el brillo de la sangre roja de los geranios
Y
la culpa gloriosa de la historia,
¿Puedo
besar tus ojos?
Perla
del Mediterráneo
Sombrilla
azul de Andalucía que soporta
Inquisiciones
infinitas,
Miles
de lluvias y brillos solares heridos,
La
misma gran heredera
De
Rafael nacida de la confluencia
De
ríos angulares sangrando
En
el duende de bailarines de flamenco
Debería
seguir
Mis
rodillas como las de un moro,
Un
califa derrotado para servir
Las
llaves de mi ciudad en llamas
A
la risita del
Cardenal
vencedor
¿Y
cortar un pedazo del dulce pan
Horneado
en el horno de Afrodita?
Hija
de Lorca, ojos delineados con kohl,
Garceta
blanca de Guadalquivir,
María
de la Mezquita,
Reina
de Córdoba
¿Puedo
besar tus ojos?
SPACE CAKE, AMSTERDAM
“Don’t
panic,” they said,
remain
cool like your Krishna,
meditate
maybe like Buddha,
uttering
‘Om Mani Padme,’ the jewel in the lotus,
or
lie down and relax
like
Vishnu on the python-bed
to
float on the ocean’s currents,
buoyant
on the invisible thread
of
your breath in slow motion…
Millions
of cats prowled around me.
Smoke
from shared sex
and
hashish joints stung my eyes.
Unsettling
tongue
of
an awkward fire fed my stomach.
I
skidded queasily towards
a
formidable edge,
unknown
ominous frontiers of human life…
They
laughed a secret laugh
behind
my back – “Isn’t it crazy that
this
man from Kathmandu should get stoned
from
a piece of space cake in Amsterdam?”
“Don’t
be serious, laugh,
celebrate
the flame of life!” a woman’s voice said.
“Hold
my hand; I can imagine
you
are alone on this trail.
I’v
been there once,” she whispered.
Her
tongue curled like a dry leaf in my ear
and
crackled “How much did you take,
just
a piece? I took thirty-eight grams once,
It
can be crazy if you don’t know it’s coming.
Just
don’t worry too much.
Don’t
lose your control over things.
You
can kiss me if you like,
You
can pat my back,
tickle
my belly or stroke my breasts
for
a while, if it comforts you.
Sometimes
it can be heavenly,
this
licking the rim of the forbidden frontiers of human life.
“That’s
what he wants, that’s exactly
what
he’s looking for,” a voice leered far off.
“But
I have to go ultimately,
I’ve
a man waiting at home for me.”
“Maybe
read a poem of yours,”
someone
said. My heart raced wild
and
I heard some-girls gossip in the next room—
What
if he gets sick in Europe?
Don’t
we get sick in Asia?
“Just
take it easy,” another voice echoed
“You
won’t go psychotic. Remember one thing,
whatever
happens, you can always make a comeback.”
Faces
of my dear ones veered past my face.
I
felt delicate thread of my life
slipping
through my fingers
“Hey
man, it’s fine. Don’t worry too much.”
My
host shouted. “Drink lots of water.”
Drink
black tea or coffee,” a guest suggested.
“Or
take lots of orange juice.”
“Maybe
sing your favorite song,” a woman said.
“Or
recite one of your Hindu mantras.”
“Maybe
stick your finger into your throat”
another
voice came sheepishly, “And throw up.
You
probably haven’t digested everything yet.”
Questions
came like wind slaps.
“Can
you tell me what they call boredom
in
your mother tongue? Do you remember
your
email account and password?
Discuss
your children, if you have any.
Shall
I bring my little daughter before you?
Maybe
you’d feel better then,
seeing
her brilliant eyes.”
I
imagined a child’s face and clung to it,
like
a penitent would hold onto
a
sacred cow’s tail in his afterlife,
and
slept on it, all through the river of blood…
Hours
passed by
and
then I heard someone say—
What
if he had freaked out?
What
if Death had stalked our house tonight?
Hearing
these words, I woke up
knowing
I’d come back, stepped on
the
familiar shores of life
where
Death’s feared, a distant distrustful thing.
My
drowse burst like a glacier that cracks
from
rumble of a seed of fire
that
explodes somewhere
in
earth’s deep sleep.
SPACE CAKE (*), AMSTERDAM
(*)
Comida con cannabis
“No
entres en pánico”, dicen,
Mantén
la calma como tu Krishna,
Medita
quizás como Buda,
Repite
la frase ‘OmManiPadme,’ la joya en el loto,
O
recuéstate y relájate
Como
Vishnuen la cama de pitón
para
flotar en las corrientes oceánicas,
Desconociendo
la amenaza
De
tu aliento a cámara lenta…
Millones
de gatos merodean a mi alrededor.
Humo
de sexo compartido
Y
cigarrillos de hachís me irritan los ojos.
Lengua
inquieta
De
un fuego incomodo alimentó mi estómago.
Mareado
patiné hacia
Un
extremo formidable,
Fronteras
ominosas y desconocidas de la vida humana…
Se
ríen en secreto
A
mis espaldas - “¿No es una locura que
Este
hombre de Katmandúse drogue
Por
un pedazo despace cakeen Ámsterdam?”
“No
seas tan serio, ríete,
¡Celebrala
llama de la vida!” dice una mujer.
“Sostén
mi mano; me imagino que
Te
encuentras solo en este camino.
Yo
he pasado por eso”, susurró.
Su
lengua se curvó como hoja seca en mi oreja
Y
chasqueó “¿Cuánto probaste,
Solo
un pedazo?Una vez, yo consumí treinta y ocho gramos,
Puede
parecer loco si no sabes que esperar.
Simplemente
no te preocupes demasiado.
No
pierdas el control de las cosas.
Puedes
besarme si quieres,
Puedes
darme una palmadita en la espalda,
Hacerme
cosquillas en la panza o acariciar mis pechos
Por
un rato, si eso te tranquiliza.
A
veces puede ser celestial,
Esta
acción de lamer los extremos de fronteras prohibidas de la vida humana.
“Eso
es lo que él quiere, eso es exactamente
Lo
que está buscando” se escuchó una voz lejana.
“Pero
finalmente me tendré que ir,
Tengo
un hombre que me espera en casa”.
“Quizás
si le lees un poema tuyo”,
Dijo
alguien. Mi corazón se aceleró
Y
escuché a algunas niñas hablando en la habitación continua—
¿Qué
sucede si se enferma en Europa?
¿Acaso
nosotros no nos enfermamos en Asia?
“Solo
tómatelo con calma”, dijo otra voz
“No
te vayas a poner psicótico. Recuerda algo,
Pase
lo que pase, siempre puedes volver”.
Los
rostros de mis seres queridos se me aparecieron.
Sentí
una delicada amenaza de muerte
Escapándose
entre mis dedos.
“Oye
hombre, está bien. No te preocupes demasiado”.
Gritó
mi anfitrión. “Toma mucha agua”.
“Bebe
té negro o café”, sugirió un invitado.
“O
toma mucho jugo de naranja”.
“Quizás
prueba a cantar tu canción favorita”, dijo una mujer.
“O
repite alguno de tus mantras hindúes”.
“Quizás
si te metes los dedos en la garganta”
Dijo
otra voz avergonzadamente, “Y vomita.
Es
probable que todavía no hayas digerido nada”.
Las
preguntas llegaron como bofetadas de viento.
“¿Puedes
decirme cómo se le llaman aburrimiento
En
tu lengua materna?, ¿Recuerdas
Tu
correo electrónico y tu contraseña?
Cuéntame
de tus niños, si es que tienes.
“¿Debería
presentarle a mi hijita?
Quizás
así se sienta mejor,
Al
ver sus ojos brillantes”.
Me
imaginé el rostro de una niña y me aferré a eso,
Como
un penitente se aferraría
A
la cola de una vaca sagrada en el más allá,
Y
dormiría con eso, a través de todo el río de sangre…
Pasaron
horas
Y
luego escuché que alguien dijo—
¿Qué
hubiera pasado si perdía el juicio?
¿Si
la muerte hubiera rondado nuestra casa esta noche?
Al
escuchar esas palabras, me desperté
Sabiendo
que había vuelto, di un paso sobre
Las
costas conocidas de la vida,
En
donde se teme a la muerte, algo tan distante y desconfiado.
Mi
sueño estalló como un glaciar que se fractura
Del
retumbar de una semilla encendida
Que
explota en algún lugar
En
el sueño profundo de la tierra.
THE LETTER
In
harsh alpine valleys
I
walked for days and weeks
meeting
no one except
voices
of my own ancestors
griffon-beaked
visions from my secret lives
tattered
souls fluttering
like
threadbare prayer flags of peace,
unshaved,
unwashed,
smelling
like my grandpa in his last days
afraid
of snow bites and meningitis
my
heavy shoes dangling
like
dead albatrosses around my neck,
bleary-eyed,
worn-out
brooding
over her sudden disappearance
from
the cradle of my life’s courtyard
groggy
in company of angular angels
grizzly
bear and golden eagles
touching
the throbbing beats of
wounded
mules, their flaccid faces crushed
like
moldy beaten rice served
by
almond eyed girls with bodies
bright
enough to shame an Aphrodite,
offering
me salt and rice and chilies
in
their makeshift kitchens
along
the salt route…
In
harsh alpine valleys
after
days and weeks of walking
I
reached a village beneath shadow
of
hushed glaciers where
a
mother in threadbare cloak
her
eyes, dimly lit lamps
in
the flooded terraces of wrinkles
shyly
pulled from her blue waistband
a
crumpled piece of paper
splotched
in Devanagri
glazed
from sand grains of a seething desert
a
dispatch reeking of blood, tears
and
time bombs
a
correspondence for me to read
a
letter from her son
long
lost to the battlefields of Afghanistan…
LA CARTA
En
valles hostiles de montaña
Caminé
durante días y semanas
Sin
encontrarme con nadie más que
Con
las voces de mis ancestros
Visiones
con pico de grifo de mis vidas secretas
Almas
andrajosas que adulan
Como
banderas de paz de rezos deshilachados,
Sin
afeitarse, sin lavarse,
Que
huelen como un abuelo en sus últimos días
Temerosos
de las dentelladas de nieve y de la meningitis
Mis
zapatos pesados cuelgan
Como
albatros muertos alrededor de mi cuello,
Con
la mirada nublada, agotada
Pensando
en su desaparición repentina
De
la cuna del patio de mi vida
Mareado
en compañía de ángeles angulares
Osos
pardos y águilas dorados
Tocando
los golpes palpitantes de
Mulas
heridas, sus rostros flácidos molidos
Como
arroz mohoso y aplastado servido
por
niñas con ojos de almendra y
Cuerpos
tan brillantes que opacan a una Afrodita,
Me
ofrecen sal y arroz y ajíes
En
sus cocinas improvisadas
Sobre
la ruta de sal…
En
valles hostiles de montaña
Luego
de días y semanas de caminar
Llegué
a un pueblo escondido bajo sombras
De
glaciares silenciosos en donde
Una
madre vestida con una túnica harapienta
Sus
ojos, lámparas con luces tenues
En
las terrazas inundadas de arrugas,
Tímidamente
extrajo de su pretina azul
Un
pedazo de papel arrugado
Manchado
en Devanagri
Transparente
por granos de arena de un desierto furioso
Un
mensaje que apesta a sangre, lágrimas
Y
bombas de tiempo
Una
correspondencia para que yo lea
Una
carta de su hijo
Hace
tiempo perdido en los campos de batalla de Afganistán…
YOU ARE A NEW YORKER
The
day you learn to notice
sparkles
of sullen silence snapping the darkness
of
damp boroughs or stop taking notes
of
wild blizzards racing along the signature shore,
You
are a New Yorker.
The
day you start hearing
Gaga
songs in the screeching subway cars,
and
stop saying, ‘I don’t know no Spanish’
to
Latino visitors seeking directions.
You
are a New Yorker.
The
day you start understanding
the
thick jumble of subway announcements
or
roadside pronouncements,
‘You
don’t have to be a Rockefeller
to
be a generous guy,
You
are a New Yorker…
The
day you stop taking the free
Staten
Island Ferry to click a perfect shot
of
the Statue of Liberty,
or
stop visiting Times Square at night
and
forget to find a way out of its labyrinth
or
learn to walk the Brooklyn Bridge
without
a secret desire to dangle
a
padlock on one of its rafters,
or
stop seeing Walt Whitman sitting atop
its
edge, looking for his beautiful boys
and
vagabond ferries entering the sheltered bay,
You
are a New Yorker…
The
day you stop fearing
the
spy dogs at Grand Central, recognize
the
homeless that hang out at Port Authority or Jackson Heights
the
day you pass through the shrunken midnight
of
Sutphin Boulevard and Jamaica subway stations
without
holding your breath in terror,
You
are a New Yorker…
The
day you start ‘loving’
Starbucks
Coffee wafting along
the
wide glassy Manhattan Malls
or
learn to chew the Brooklyn bagel
or
lap up the steaming loneliness
of
chatty dog walkers around Central Park
or
learn to make love and forget
the
face of your partner,
You
are a New Yorker…
The
day you stop guessing
the
origin of the blonde teenager
reading
current issue of The New Yorker,
stop
looking at the bare shoulders
of
Vietnamese girl sitting
on
the free Wi-Fi table
near
entrance of S’ Nice Village Café
opening
and closing like her red lips
on
the first day of the winter snow,
the
day you pass by Magnolia Bakery
loaded
from its famed cupcakes
and
moon-sized cookies
the
day you stop visiting White Horse Tavern
to
pose against Dylan Thomas’ drunken portrait
or
stop hearing John Lennon’s voice
climbing
the Fire Escape Ladders
of
Hotel Chelsea or stop looking for
the
room where she gave
Leonard
Cohen a blowjob,
You
are a New Yorker…
The
day you stop gawking at
the
gay couples on L train romancing
like
Bollywood couples or fervently discussing
pussy
power, animal rights, or their ailing pets or parents,
the
day you stop staring at the Hasidic Jews of Williamsburg,
their
curls dangling out of their black velvet caps
like
Lord Shiva’s sacred serpents,
You
are a New Yorker…
The
day you learn to laugh
like
a Latino bartender,
or
smile like a Filipino waitress
standing
beside her stuffed rose pig like a Queen
or
stop looking at the cleavage
of
the Nudist poet at Central Park
or
learn to check your seat
in
a subway for a stain of shit
a
homeless might have left for you,
You
are a New Yorker…
The
day the girl
from
Cleveland, Ohio
behind
the counter of Greenwich Café
gives
you her email
or
offers a free top up on your coffee
or
lets you take her out
You
are a New Yorker…
SERÁS UN NEOYORQUINO
El
día que aprendas a darte cuenta
De
los destellos del silencio sombrío que rompen la oscuridad
De
vecindarios húmedos o cuando dejes de tomar notas
De
las salvajes tormentas de nieve que llegan a la costa conocida,
Serás
un neoyorquino.
El
día que comiences a escuchar
Canciones
de Gaga en los ruidosos vagones de metro,
Y
dejes de decir ‘I don’tknow no Spanish’(*)
A
visitantes latinos que piden indicaciones.
Serás
un neoyorquino.
El
día que comiences a entender
El
barullo pesado de los anuncios del metro
O
los carteles de las carreteras,
No
tienes que ser un Rockefeller
Para
ser una persona generosa,
Serás
un neoyorquino…
El
día que dejes de tomar el ferry gratuito
De
Staten Island para tomar una foto perfecta
De
la Estatua de la Libertad,
O
dejes de visitar Times Squarede noche
Y
te olvides de buscar la salida de su laberinto
O
aprendas a caminar el Puente de Brooklyn
Sin
ese deseo secreto de colgar
Un
candado en uno de sus parantes,
O
dejes de ver a Walt Whitman sentadosobre
Su
borde, observando sus hermosos niños
Y
a los ferrys vagabundos ingresar al refugio de la bahía,
Serás
un neoyorquino…
El
día que dejes de temer
A
los perros espías de la Grand Central, reconocer
A
los vagabundos que están en Port Authority Jackson Heights
El
día que pases por la medianoche encogida
Del
Boulevard Sutphiny las estaciones de metro Jamaica
Sin
sostener el aliento por miedo,
Serás
un neoyorquino…
El
día que comiences a ‘amar’
El
olor de café de Starbucks flotando
En
los amplios centros comerciales de Manhattan
O
aprendas a masticar el bagel de Brooklyn
O
aceptes con entusiasmo la soledad furiosa
De
los locuaces paseadores de perros de Central Park
O
aprendas a hacer el amor y olvidar
El
rostro de tu pareja,
Serás
un neoyorquino…
El
día que dejes de adivinar
El
origen de esa rubia adolescente
Que
lee la última edición del The New Yorker,
Dejes
de mirar los hombros desnudos
De
la joven vietnamita que se sienta
En
la mesa con Wi-Fi gratis
Cerca
de laentrada del café S’ Niceen Village
Que
abre y cierra como sus labios rojos
El
primer día de nieve de invierno,
El
día que pases por la Magnolia Bakery
Repleta
de sus famosas magdalenas
Y
galletas del tamaño de la luna
El
día que dejes de visitar la taberna White Horse
Para
sacarte una foto con el retrato de Dylan Thomas borracho
O
dejes de escuchar la voz de John Lennon
Subiendo
las escaleras de emergencia
Del
Hotel Chelsea o dejes de buscar
La
habitación en donde ella
Le
hizo una mamada aLeonard Cohen,
Serás
un neoyorquino…
El
día que dejes de mirar sorprendido a las
Parejas
homosexuales cortejándose en el tren L
Como
parejas de Bollywoodo discutiendo acaloradamente
Sobre
poder femenino, derechos de animales, o las dolencias de sus mascotas o padres,
El
día que dejes de mirar fijamente a los judíos jasídicos de Williamsburg,
Sus
tirabuzones colgando de los sombreros de terciopelo negro
Como
las serpientes sagradas del Dios Shiva,
Serás
un neoyorquino…
El
día que aprendas a reírte
Como
un camarero latino,
O
sonrías como una moza filipina
Parada
como una reina al lado de un cerdo rosa relleno
O
dejes de mirar el escote
De
la poeta nudista en Central Park
O
aprendas a revisar tu asiento
En
busca de manchas de mierda
Que
puede haber dejado para ti un vagabundo,
Serás
un neoyorquino…
El
día que la joven
De
Cleveland, Ohio
Atrás
de un mostrador en Greenwich Café
Te
de su dirección de correo electrónico
O
te ofrezca un extra gratis para tu café
O
deje que la invites a salir
Serás
un neoyorquino…
(*) ”No hablo español”
Translated by María Agustina Corrarello
Yuyutsu Ram Dass Sharma (Nakodar, Punjab,
1960). He moved to Nepal at an early age. Poet, journalist and translator. He
has published ten poetry collections including, The
Second Buddha Walk, A
Blizzard in my Bones: New York Poems, Quaking Cantos: Nepal Earthquake
Poems, Nepal Trilogy, Space
Cake, Amsterdam and Annapurna Poems. Three books of his poetry, Poemes
de l’ Himalayas (L’Harmattan,
Paris), Poemas de Los Himalayas (Cosmopoeticia,
Cordoba, Spain) and Jezero Fewa & Konj (Sodobnost
International) have appeared in French, Spanish and Slovenian
respectively. In addition, Eternal Snow: A
Worldwide Anthology of One Hundred Twenty-Five Poetic Intersections with
Himalayan Poet Yuyutsu RD Sharma has also appeared. His works have appeared
in Poetry Review, Chanrdrabhaga, Sodobnost,
Mudfish, Amsterdam Weekly, Indian Literature, Irish Pages, Drunken
Boat, Califragile, Delo, Modern Poetry in Translation, Exiled Ink, Iton77,
Little Magazine, The Telegraph, Indian Express and Asiaweek. Half the year, he
travels and reads all over the world and conducts Creative Writing workshops at
various universities in North America and Europe but goes trekking in the
Himalayas when back home. Currently, Yuyutsu Sharma edits Pratik:
A Quarterly Magazine of Contemporary Writing. Recipient of fellowships and grants
from The Rockefeller Foundation, Ireland Literature Exchange, Trubar
Foundation, Slovenia, The Institute for the Translation of Hebrew Literature
and The Foundation for the Production and Translation of Dutch Literature.
Yuyutsu Ram Dass Sharma (Nakodar, Punjab, 1960).
Es un poeta, periodista y traductor. Ha publicado diez colecciones de poesía
que incluyen, The Second Buddha Walk, A
Blizzard in my Bones: New York Poems, Quaking Cantos: Nepal
Earthquake Poems, Nepal
Trilogy, Space
Cake, Amsterdam y Annapurna Poems. Tres libros de su poesía, Poemes
de l ’Himalayas (L’Harmattan,
París), Poemas de Los Himalayas (Cosmopoeticia,
Córdoba, España) y Jezero Fewa & Konj (Sodobnost
International) han sido traducidos en francés, español y esloveno. Además,
ha salido publicada Eternal Snow: A Worldwide Anthology of
One Hundred Twenty-Five Poetic Intersections with Himalayan Poet Yuyutsu RD
Sharma.
Ha realizado talleres de escritura creativa y traducción en Queen’s University,
Belfast, University of Ottawa and South Asian Institute, Heidelberg University,
Alemania, University of California, Davis, Sacramento State University,
California, Beijing Open University, New York University, New York y la
Universidad de Columbia, Nueva York. La mitad del año, viaja y lee por todo el
mundo y realiza talleres de escritura creativa en varias universidades de
América del Norte y Europa, pero hace trekking en el Himalaya cuando vuelve a
casa. Actualmente, Yuyutsu Sharma edita Pratik: A Quarterly
Magazine of Contemporary Writing. Receptor de becas y subvenciones de
la Fundación Rockefeller, Ireland Literature Exchange, Trubar Foundation,
Eslovenia, The Institute for the Translation of Hebrew Literature y The
Foundation for the Production and Translation of Dutch Literature.
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ReplyDeleteImpressive!Thanks for the postalmonds bad for dogs
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